Nuestra espiritualidad y nuestra misión educadora: la justicia, su corazón y su fundamento

La participación en la Conferencia DIP/ONG y el taller IBVM nos ha sido un impulso y nos ha dado energía para "actuar" en defensa y cuidado de la vida en el mundo. Fue una oportunidad para conocer y valorar el trabajo de Cecile y Evanne a la ONU y concretar la llamada del Capítulo General 2000 de "educar para transformar la sociedad en vista a la construcción del Reino". La experiencia de estas dos semanas también puso de relieve el imperativo del Capítulo General de 1976: "buscar la justicia con un corazón educador” y la urgente necesidad de fomentar la justicia en nuestro servicio educador, ya sea formal o informal. Deseamos que nuestra internacionalidad sea buena noticia para los pobres (Capítulo General 1994). Una vez más sentimos la necesidad de articular esta integración en nuestra filosofía educativa, con aplicaciones nuevas y actuales.

Magdalena Sofia Barat nos demostró la importancia de un cambio sistémico. Su opción por la justicia fue educar a las niñas pobres y a aquellas cuya vida tendría influencia en los políticos y en los que toman decisiones. Con semejante visión desde el principio, la justicia no es un añadido, sino el corazón de nuestra vocación de RSCJ. Reclamar la justicia como fundamento de nuestra espiritualidad educadora con vista a la actual de justicia y el desarrollo, dará un nuevo dinamismo a nuestra misión y servicio.

Siendo conscientes de este pasado queremos invitar a toda la Sociedad Internacional a redescubrir para nuestro tiempo la opción preferencial de Sofia:
transformar la realidad a través de la educación para un mundo más justo. Así surgirá una nueva sinergía. La oficina de la ONG, con sus conexiones en la ONU, tiene posibilidades para facilitarnos la interrelación entre lo global y lo local y vice versa.

Invitamos a cada RSCJ a tener en cuenta las siguientes acciones específicas:

  1. diariamente: recordarnos a nosotras mismas que todo lo que recibimos es don;
  2. semanalmente: dedicar un tiempo a reflexionar en qué momentos hemos sido justas, pacíficas y responsables en el uso de los bienes de la creación;
  3. mensualmente: dedicar "energía" para una acción positiva a favor de los Objetivos del Desarrollo del Milenio (por ejemplo, participar en acciones como Pobreza Cero, microcréditos, campañas contra la pobreza, etc.).

Creemos que en este proceso interactivo vamos a desarrollar y avanzar en nuestro compromiso educador para la transformación social y un dinamismo significativo en un mundo globalizado.

Carmel Flynn (IRS), Gwen Hoeffel (JPN), Teresa Mailly (ESS),
Margarita Recavarren (PER), Livi Rodrigues (IND), Cecile Meijer (NGO Office)

septiembre 2005

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