Buscar asilo y refugio: un gran desafío para Australia

‘Para aquellos que han llegado desde el mar, tenemos planicies sin límites para ofrecer’ (Foto: John Englart)

Fuera de los pueblos aborígenes que han estado en Australia desde hace unos 60,000 u 80,000 años, todos los australianos son inmigrantes o descendientes de migrantes, o bien personas que encontraron refugio en Australia tras escapar de conflictos sociales, guerra, violencia o desastres naturales. Actualmente sin embargo, de cara a la terrible situación de las personas que piden asilo, Australia está presentando mucha resistencia a recibir personas que están en extrema necesidad, especialmente si llegan por mar (en botes), en cuyo caso son considerados como ilegales, aunque en muchos casos no lo son.

Hace doce meses, el Obispo Vincent Long Van Nguyen fue nombrado el cuarto Obispo de Parramatta, una diócesis católica adjunta a la Arquidiócesis de Sydney. El mismo, siendo adolescente en 1980, llegó como refugiado en un bote desde Vietnam, y su nombramiento es un recordatorio de lo que han aportado y siguen aportando a la comunidad australiana los migrantes y las personas que buscan asilo o refugio. Hemos estado en contacto con las culturas de los pueblos de todos los países del mundo, y eso nos ha enriquecido mucho.

La Declaración por la Justicia Social 2015-16 de parte de los Obispos Católicos de Australia tiene como título Por aquellos que llegan desde el mar – justicia para los refugiados y solicitantes de asilo y es muy oportuna en vista de la postura de nuestros líderes políticos y de muchos en la comunidad en general. Comienza con una cita de las palabras del Papa Francisco en Lampedusa en 2013: “Somos una Sociedad que ha olvidado cómo llorar, cómo experimentar la compasión, ‘padecer con’ otros: la globalización de la indiferencia nos ha quitado la capacidad de llorar”.

Nuestro himno nacional incluye las palabras ‘para aquellos que han llegado desde el mar, tenemos planicies sin límites para ofrecer’ y hay personas que no pueden cantar estas palabras, sabiendo que no estamos siendo suficientemente generosos para compartir esas planicies. Una de las lecturas de nuestro día nacional, el Día de Australia, que se celebra el 26 de enero, incluye las palabras “…compartan con los necesitados y sepan acoger a los que están de paso” (Rom.12:13). Una forma de disuasión es advertir que aquellos que lleguen en bote nunca podrán asentarse en Australia; algunas barcas han dado media vuelta antes de llegar, y los que hay llegado han sido enviados a Nauru (en el Pacífico) y a Manus Island (Papua Nueva Guinea), donde las condiciones son pésimas y la gente languidece en la desesperanza. No es necesario decirlo, muchos han perdido la vida en el arriesgado viaje en barcas.

Distintos grupos y comunidades en Australia están tratando de cambiar esto, incluyendo un grupo de religiosos diversos, algunos de ellos líderes de institutos religiosos o miembros especialmente activos. Ha habido manifestaciones públicas y marchas, pero nuestros líderes políticos se resisten al cambio. Ciertamente la sociedad australiana está dividida en este debate en torno a los solicitantes de asilo, pero ahora que vienen otras elecciones quizás pueda surgir un cambio de corazones y de actitud.

Esmey Herscovitch, rscj
Provincia de Australia – Nueva Zelanda
Enero 2017