Unidas/o por la Tierra, nuestra Casa Común

Fotos por Iyolosiwa Ayutla

Con motivo del día de la Madre Tierra, el equipo de Iyolosiwa Ayutla y Cecile nos unimos en oración. Con un espíritu conmovido, pedimos perdón por los daños, por nuestra pasividad, indiferencias, consumismo, invasión de las mineras, y todas las situaciones que han causado heridas a la Madre Tierra.

En nuestra celebración ofrecimos las semillas de maíz, frijol, calabaza y arroz, ya que son el alimento básico que nuestros pueblos cosechan durante el año.

Retomando la tradición viva de los pueblos originales, ofrecimos al Dios de la vida, el copal, un incienso de la región, que se eleva al cielo como olor de suavidad, y que en él se elevan nuestras plegarias.

Iniciamos esta ceremonia, incensándonos unos a otros, como signo de purificación, para dejar todas las cargas y poder estar en completa armonía con la naturaleza que nos envuelve a nuestro alrededor. Así mismo, se incensó la ofrenda, agradeciéndole a la Madre Tierra por estas semillas que nos dan alimento. Durante este rito nos acompañó el canto de “Nuestro Dios”, que narra la maravillosa acción de Dios al crear toda la naturaleza. A una sola voz, proclamamos el Himno de la creación, tomado del Génesis.

Con el salmo 135 agradecimos a nuestro Padre-Madre Dios su infinita misericordia para con cada uno de nosotros. Pues reconocemos que día a día nos llena de bendiciones. A pesar de nuestras acciones que van en contra de la vida.

Este momento los terminamos ofreciendo nuestras intenciones personales a Dios que nos escucha y atiende. Pedimos especialmente por nuestras necesidades y para que todos los que habitamos esta nuestra casa común, seamos capaces de cuidarla, protegerla y hacer acciones que nos permitan ser uno con ella.

Por cada plegaria, encendimos una vela, como sigo esperanzador, que todo lo que pedimos sea recibido para el bien nuestro y el de todos.

Unidos con la creación, cerramos rezando la oración con la que el Papa Francisco nos invita a pedir por la Tierra, en su Encíclica Laudato Sí (parágrafo 246).

Iyolosiwa Ayutla, México
Abril de 2016