Erradicación de la Pobreza: Una perspectiva de la Sociedad Civil 2011

La siguiente Declaración de la Sociedad Civil fue presentada en la 49a sesión de la Comisión de Desarrollo Social de la ONU (9-18 de febrero de 2011). Es un buen ejemplo del trabajo del Comité ONG para el Desarrollo Social.

Para más información sobre la Comisión de Desarrollo Social de la ONU, haga click aqui. Para más información sobre el Comité de la ONG para el Desarrollo Social, haga click aqui.

 

Erradicación de la Pobreza: Una perspectiva de la Sociedad Civil 2011

 

Introducción

La erradicación de la pobreza ha demostrado ser un objetivo difícil de alcanzar a pesar representar una parte central en la agenda de desarrollo internacional. Estudios recientes, en particular el informe del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DAES) “Repensando la Pobreza”, sugieren que los métodos convencionales no están funcionando[1]. El modelo de desarrollo dominante no ha creado un mundo socialmente justo, contrariamente, ha puesto en riesgo un futuro sostenible debido a las emisiones de gases de efecto invernadero de origen antropogénico y a la explotación desmesurada de recursos no renovables; y ha favorecido a los más ricos en detrimento de quienes se ven obligados a  vivir en la pobreza. Se requerirá de un compromiso ético y social compartido para redirigir nuestra cultura y economía hacia un futuro sostenible. Las crisis actuales ponen en relieve un modelo de desarrollo  que ignora los problemas ambientales y de derechos humanos y confunde el crecimiento económico con el progreso.

Apoyamos firmemente el llamado a replantear y reorientar nuestros esfuerzos para erradicar la pobreza mediante políticas y programas en todos los niveles que sean equitativos, integrales y que respondan a las raíces sistemáticas de desigualdad.

 

Pobreza Multidimensional

 

La pobreza es una realidad humana compleja. La pobreza no es la condición de un grupo establecido  de personas, todos están en riesgo de padecer pobreza en algún momento de sus vidas. La falta de ingresos per se no puede medir adecuadamente o explicar la pobreza. Debido a que es multidimensional, la pobreza abarca todos los aspectos de la vida humana. Factores como la geografía, vulnerabilidad, limitaciones de edad, discapacidades o enfermedades, condicionan la experiencia de la pobreza. Limitaciones estructurales como la exclusión social, la falta de acceso a recursos y la ausencia de condiciones necesarias que permiten a la persona participar en la vida social, económica y política, son elementos característicos de la pobreza extrema, la cual margina a las personas en su propia sociedad.  La impotencia que deriva de estas condiciones socava el espíritu de la persona y su capacidad para relacionarse con los demás.

Los nuevos índices propuestos en el Informe sobre Desarrollo Humano 2010 - el Índice de Desarrollo Humano ajustado por Desigualdad, el Índice de Desigualdad de Género y el Índice de Pobreza Multidimensional – amplían nuestra comprensión actual de la pobreza y nos ofrecen algunas herramientas para medirla[2].

 

El impacto acumulado de las múltiples crisis

Las crisis recientes: climáticas, financieras, económicas, de alimentos y energéticas, han derivado en niveles crecientes de pobreza en muchas áreas del mundo. Una inversión masiva, consistente y a largo plazo, es necesaria para la investigación, el desarrollo y la creación de tecnologías disponibles para mitigar y permitir la adaptación a los cambios que estamos enfrentando. Es necesaria una voluntad política inquebrantable si nuestra intención no es desperdiciar el progreso ya alcanzado en la lucha contra la pobreza.

La crisis climática es reconocida cada vez más como un tema transversal, que exacerba la pobreza y amenaza el alcance de los ODM en su totalidad. A pesar de ser un fenómeno global, sus impactos negativos son sentidos más severamente en países pobres y por personas que viven en pobreza[3]. Por ejemplo, la agricultura y la industria pesquera en áreas sensibles al clima pueden sufrir efectos económicos drásticos causados por las variaciones extremas en las temperaturas. Esto, a su vez, pone en riesgo el suministro de los servicios básicos para las personas que viven en situación de pobreza.

La crisis financiera y económica global ha ejercido presión sobre la habilidad de algunos gobiernos de responder a las necesidades sociales, educacionales y sanitarias de sus ciudadanos. Los gobiernos requieren el espacio político y fiscal para asignar los recursos de acuerdo a las prioridades de sus planes de desarrollo. Toda deuda ilegítima e injustificable, incluyendo las deudas de los países más pobres, debe ser condonada. Apoyamos el establecimiento de un mecanismo soberano de renegociación de la deuda bajo el auspicio de las Naciones Unidas para asegurar un arbitraje de deuda equitativo que sea vinculante[4].

 

Las crisis energética y de alimentos han tenido un impacto negativo directo sobre las personas que viven en situación de pobreza, particularmente sobre agricultores a pequeña escala, entre los cuales las mujeres son más numerosas. Los cultivos que tradicionalmente respondían a las necesidades nutricionales de las comunidades rurales han sido transformados para la producción de biocombustibles y otros cultivos más comerciales.

Debido a que estas crisis presentan desafíos que están íntimamente enlazados, la comunidad global tiene la oportunidad única de enfrentarlos de una manera unificada y holística.

Esto se evidencia en las palabras del Secretario General en Cancún, “Me preocupa profundamente que nuestros esfuerzos hayan sido insuficientes… que a pesar de la evidencia… y los muchos años de negociación… todavía no nos hemos puesto a la altura del desafío. Ahora, más que nunca, necesitamos unir los puntos entre clima… pobreza… energía… alimentos… agua”[5].

 

Abordando las causas profundas de la pobreza

 

Un cambio fundamental de modelo de desarrollo dominante

Los esfuerzos para solucionar las múltiples crisis han puesto al descubierto algunas deficiencias básicas en el modelo actual de asociación global para el desarrollo. Entre estos déficits, son clave la ausencia de un esquema de derechos humanos y la subordinación de necesidades sociales y ecológicas a la demanda de crecimiento económico.

“Las normas y los valores incorporados en la Declaración del Milenio y en los instrumentos internacionales en materia de Derechos Humanos deben seguir proporcionando la base de los compromisos; en particular los principios clave de Derechos Humanos de no discriminación, participación significativa y rendición de cuentas”[6]. Si las políticas y programas para erradicar la pobreza han de ser efectivos, la participación activa, como socios esenciales, de las personas que viven en situación de pobreza es crucial. Sus esfuerzos deben ser reconocidos y respaldados activamente por los hacedores de políticas gubernamentales.

Reforma básica de la arquitectura financiera internacional

El sistema económico dominante, basado sobre un libre mercado no regulado, ha causado importantes consecuencias negativas a nivel económico y ambiental. Las instituciones de Bretton Woods no están respondiendo a las necesidades de la comunidad global. Hay un creciente consenso en torno a la necesidad de abordar los desequilibrios globales en el ahorro y el consumo. Es imperativo reexaminar la arquitectura de la ayuda internacional y los tratados comerciales mundiales[7]. El mantenimiento de una moneda única como principal reserva internacional debe ser examinado de cerca en el contexto de una reforma de la arquitectura financiera global.

Un enfoque integrado para la erradicación de la pobreza carecerá de credibilidad si el problema del gasto militar no es afrontado. Esto exige un cambio revolucionario en la actitud de los tomadores de decisiones de los gobiernos, de modo que el desarrollo basado sobre los Derechos Humanos sea financiado más que la guerra. El reciente mensaje del Secretario General Ban a la juventud sugiere la diferencia que semejante cambio haría en las labores para la erradicación de la pobreza, “Cada año, el mundo gasta 1.4 billones de dólares en armas. Con una fracción de estos recursos podríamos reducir la pobreza, financiar escuelas, brindar atención médica y proteger el medio ambiente. El gasto militar de un año podría pagar el presupuesto de la ONU por 732 años”[8].

Puntos de influencia clave para enfrentar la pobreza

 

Educación

Existe un amplio consenso en torno a la idea de que la educación es una herramienta fundamental para la erradicación de la pobreza. Cada Estado debe proporcionar la educación requerida por sus ciudadanos para hacer frente a las dimensiones moral, social, cultural, espiritual, política y económica de la pobreza. El acceso universal a la educación primaria es el punto de partida. Una educación permanente que proporcione habilidades y aumente las posibilidades de empleo, auspicie una ciudadanía responsable y una integración social exitosa en un mundo cambiante, es esencial.

Si la educación universal ha de ser una herramienta exitosa de transformación para reducir la brecha de la desigualdad, los Estados deben destinar suficientes recursos para hacerlo posible. Aulas de clase sin libros o maestros sin suficiente entrenamiento limitan la eficacia de una política educativa nacional. Otras barreras tales como la falta de acceso al agua potable y al saneamiento básico tienen consecuencias no sólo para la salud, sino también para la educación.

 

Equidad de Género

En muchos países del mundo los derechos legales, políticos y económicos otorgados a los hombres son muchas veces negados a las mujeres. Asimismo, la pobreza y las consecuencias del cambio climático agravan las desigualdades de género ya existentes. La discriminación y la violencia contra las mujeres y niñas ocurren a diario. A muchas mujeres, en especial en zonas rurales, se les niega el derecho a heredar la propiedad y a ser propietarias de tierras, negándoles a su vez el disfrute de la seguridad e independencia económicas. El empoderamiento legal de las personas que viven en pobreza es particularmente urgente entre las mujeres.

La erradicación de la pobreza comienza con el registro legal de todos los nacimientos y se extiende a la implementación de los derechos legales de la mujer a la propiedad privada y a la sucesión. El acceso de las mujeres a los derechos humanos y a la justicia social es una forma de empoderamiento que les asegura un medio de subsistencia, de ingresos y de libertad ante la discriminación y violencia. Sólo cuando las mujeres y los hombres, con el apoyo de una legislación con perspectiva de género, trabajen juntos para cambiar costumbres sociales y prácticas culturales que discriminan y toleran la violencia contra mujeres y niñas, la equidad de género se alcanzará.

Inversión en agricultura

El setenta por ciento de los más pobres del mundo vive en áreas rurales. Cerca de 2 millardos de agricultores, la mayoría de los cuales son mujeres, se dedican a la agricultura a pequeña escala, la cual alimenta la mayor parte de la población del mundo. La inversión en este sector ha disminuido en casi un 20% durante los últimos años. Un aumento significativo en la inversión en agricultura a pequeña escala es urgentemente necesario. Esto también contribuiría a reducir el éxodo del campo a la ciudad.

La política gubernamental es un factor determinante en la búsqueda de soluciones. Si un Estado ha de optimizar su potencial para el desarrollo a través de un sector agrícola viable, los primeros a considerar son los agricultores de las comunidades rurales. Ejemplos de países como Malawi, Tanzania y Ruanda demuestran cómo políticas en donde se ofrecieron facilidades a los agricultores para obtener semillas y fertilizantes produjeron mayores cosechas, dieron frente a la inseguridad alimentaria y abrieron el camino a un crecimiento económico considerable.

Los gobiernos deben facilitar el diálogo entre pequeños agricultores, científicos, la agroindustria y ONG para explorar prácticas agrícolas sostenibles que mejoren la productividad restaurando el suelo y el medio ambiente. Desarrollar asociaciones equitativas entre pequeños agricultores y otros en la cadena de suministro beneficia a todos.

 

Trabajo Productivo

El crecimiento sin empleo, basado sobre un único criterio económico, es inaceptable. El progreso debe ser medido en base a tres criterios: el social, el ambiental y el de la productividad económica. Para promover el empleo pleno y el trabajo digno para todos, políticas nacionales apropiadas deben asegurar la protección de los derechos laborales de todos los trabajadores, tanto en el sector formal como informal, incluyendo los trabajadores domésticos y agricultores a pequeña escala, especialmente las mujeres. Un piso de protección social universal para asegurar servicios que respondan a las necesidades básicas de los trabajadores y sus familias, incluyendo a aquellos que trabajan en el sector informal o aquellos que no pueden trabajar, es esencial para todos los trabajadores, especialmente en tiempos de crisis[9].

 

Inclusión social

 

El bienestar, material y no material, depende de la estructura sociopolítica en que viven las personas. Las personas que viven en situación de pobreza frecuentemente experimentan una sensación de impotencia a causa de la discriminación, la falta de acceso, la falta de representación y la falta de voz. La participación activa de estos hombres y mujeres, en todos los niveles, ha demostrado ser efectiva en las estrategias para reducir la pobreza y en el cuidado sustentable del medio ambiente. Es necesario un esfuerzo resuelto a transformar las estructuras de exclusión y crear nuevas normas sociales más propicias para la inclusión social. Aplaudimos aquellos países que ya han reconocido que la inclusión social es esencial para una sociedad más equitativa y que han creado ministerios de inclusión social.

Prácticas Recomendables

Nuestra experiencia en el ámbito de la participación comunitaria nos ha revelado que los programas más efectivos para la erradicación de la pobreza se caracterizan por poseer los siguientes elementos:

-        Múltiples beneficios para la comunidad en su totalidad

-        Evaluación, planificación, ejecución y seguimiento a nivel comunitario.

-        Participación de los más afectados por el programa o política.

-        Diseño e implementación compatibles y aplicables a diversas realidades.

-        Programas o prácticas sostenibles.

Adjunto a este documento podrá encontrar una lista de ejemplos de buenas prácticas que exponen los elementos recomendados que han demostrado ser exitosos.

 

Conclusión

No existe una única forma correcta para reducir la pobreza. A pesar de que trabajos de investigación del Instituto de Investigación de las Naciones Unidas Para el Desarrollo Social (UNRISD)[10] indican que los países que han logrado reducir la pobreza se han centrado en estrategias Estatales, vinculando los objetivos de desarrollo económico con políticas sociales activas para que las últimas sean reforzadas en lugar de entrar en conflicto, a los países se les debe conceder el espacio para crear diversos modelos de políticas de desarrollo acordes a su situación. Tales modelos deben considerar los aspectos locales de la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia, la reforma agraria, los derechos culturales, la equidad de género, la política social y la democracia participativa como ingredientes primordiales.

Una de las claves del éxito en la lucha contra el flagelo de la pobreza, sin embargo, es la gobernabilidad y transparencia de las instituciones públicas, que deben estar abiertas al escrutinio y a un sistema de justicia que sea justo, reparador y accesible a todos. La participación enérgica de los gobiernos es esencial, del mismo modo en que la participación de la sociedad civil y la comunidad local no son opcionales, sino un ingrediente esencial en la lucha por superar la pobreza extrema e imaginar un mundo más civilizado y humano.

Es posible erradicar la pobreza si estamos dispuestos a enfrentar las causas profundas de la pobreza y la desigualdad. La Declaración Universal Derechos Humanos, basada sobre la dignidad inherente al ser humano, constituye una base firme sobre la cual es posible construir una vida libre de pobreza para todas las personas. El “Proyecto de Principios Rectores en el ámbito de la Pobreza Extrema y los Derechos Humanos”[11] del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que resalta la indivisibilidad e interdependencia de los derechos culturales, cívicos, sociales, políticos y económicos de todas las personas y menciona la discriminación y la estigmatización como raíces de la desigualdad, es también parte integrante del camino a seguir, así como los tres pilares de Copenhague: inclusión social, trabajo decente y pleno empleo, junto con la erradicación de la pobreza.



[1] Repensando la Pobreza: Informe sobre la Situación Social Mundial 2010 (Naciones Unidas, 2009).http://www/un.org/esa/socdev/rwss/docs/2010/fullreport.pdf

[2] La Verdadera Riqueza de las Naciones: Caminos al Desarrollo Humano (PNUD Informe sobre Desarrollo Humano, 2010) 

[3] Síntesis del Tercer Informe de Evaluación del IPCC (2001) citado en Repensando la Pobreza: Informe sobre la Situación Social Mundial 2010 (Naciones Unidas, 2009, p.4).

[4]Foro Africano y Red Africana sobre la Deuda y el Desarrollo, “Llamado al Establecimiento de un Mecanismo de Arbitraje de la Deuda Justo y Trasparente” Policy Brief No.1, 2002.

[5] Noticias de la ONU, 8 de diciembre de 2010.

[6] Cumpliendo la Promesa: Unidos para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Anteproyecto de resolución para la reunión plenaria de alto nivel de la Asamblea General, por la Asamblea General en su 64ª período de sesión. Nueva York, septiembre 2010, p.28.

[7] La Crisis Económica Mundial después de Un Año: ¿Está Emergiendo un Nuevo Paradigma en Países en Desarrollo? Informe sobre política de la Universidad de Naciones Unidas (UNU) Número 2, 2009.

[8] Comentarios del Secretario General para el Consejo de Seguridad durante las sesiones de La Juventud y las Naciones Unidas, Nueva York, diciembre de 2010.

[9] ILO-ONU Iniciativa para un Piso de Protección Social: El Papel de la Seguridad Social en la recuperación y respuesta a la crisis y otras perspectivas. Junio de 2010

http://www.ilocarib.org.tt/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=1387&Itemid=368

[10] “Combatiendo la Pobreza y la Desigualdad”, UNRISD Research and Policy Brief 10, Septiembre de 2010

[11] A/HRC/2/2 Reporte de la subcomisión de promoción y protección de Derechos Humanos en su 58ª sesión, p. 29. ONU Ginebra, Septiembre de 2009, Naciones Unidas, y a/HRC/15/41 Reporte del experto independiente sobre los Derechos Humanos y la pobreza extrema, Magdalena Sepulveda Carmon, sobre el proyecto de principios guía para la pobreza extrema y los Derechos Humanos, Agosto de 2010, Naciones Unidas.